Roma
Roma, non basta una vita.
¿Pueden acaso albergar más razón estas cinco palabras? En las dos veces que he estado en Roma, nunca he podido disfrutar de esta ciudad tanto como me habría gustado, a pesar de que en total entre las dos visitas, los días de estancia allí suman 8. Ahora, haciendo caso a vuestras votaciones, os dejo un trocito de mi intensa experiencia.
Es bonita y romántica, seductora y penetrante, pero lo más importante, es única. A ello han contribuido los más de 2.500 años de historia desde su fundación de la mano de Rómulo y Remo, hasta el día de hoy, forjando uno de los archivos arqueológicos y antropológicos más extensos de la cultura occidental.
Se trata de una ciudad llena de encanto, sonido, ritmo, nostalgia, memoria. Todo bajo el cobijo de lujosos palacios, victoriosos monumentos y grandiosos templos religiosos. Esta impresionante cantidad de historia se combina de forma casi simbiótica con la sinfonía urbana de una ciudad caótica llena de juventud, modernismo y arte.
Inconscientemente, todo el que la ha visitado ha caído en las fauces de la que fue la caput mundi (capital del mundo). Capital que vio como el imperio más grande del mundo caía y como la corriente artística más fructífera renacía de sus cenizas. Esa es Roma.
Sin duda, se trata de una ciudad antigua que a lo largo de los años ha sabido adaptarse a lo que el tiempo le deparaba. Cada época ha sabido depositar en Roma lo mejor de sí misma, y a continuación os dejo una lista de lo más imprescindible que no te puedes perder si viajas a la ciudad del arte: