Edward Bloom (Ewan McGregor) es un hombre entusiasta con una vida plagada de trepidantes aventuras, entrañables recuerdos e increíbles historias que contar. Tantas veces ha narrado sus hazañas y con tanta originalidad, que su hijo William apenas distingue cuales de ellas son fantasía y cuales tuvieron lugar. Ahora que Edward se encuentra en la recta final de su vida, William (Billy Crudup) intentará conocer realmente a su padre y sus historias, luchando por separar la ficción de la realidad y entender realmente quién es su padre detrás de todos aquellos cuentos engrosados por la ilusión y las metáforas de un hombre, para su gusto demasiado romántico y optimista.
Big Fish, reparto: Ewan McGregor como. Edward Bloom (joven); Albert Finney como Edward Bloom (mayor); Billy Crudup como William Bloom; Jessica Lange como Sandy Bloom; Alison Lohman como Sandy Bloom (joven); Helena Bonham Carter como Jenny; Steve Buscemi como Norther Winslow; Danny DeVito como Amos ;Matthew McGrory como Karl; y Marion Cotillard como Josephine. ¿Qué? ¿No esta Jonny Depp?
No, y no se le echa de menos, para nada. Y es que el actor elegido para el film de Tim Burton, Ewan McGragor, suple con creces la ausencia de Jonny Depp, Y aunque falta uno de los grande actores de Burton, sigue habiendo algunos de ellos, como Helena Bonham Carter, en este caso como Jenny, la joven enamorada de Bloom.
En este film, Burton nos sorprende con la entrañable historia de un hijo que, en los últimos días de vida de su padre, decide investigar sobre el pasado de éste, ya que no se cree las “historias y cuentos” que le ha contado durante su infancia.
En este largo recorrido por la historia de la Edward Bloom, Tim Burton nos lleva a un mundo de fantasía, en el que un joven emprendedor, entusiasta, apasionado, amable y, en cierto modo, marginal; nos muestra el sentido de la vida, y nos demuestra que todo es posible gracias a la esperanza y el esfuerzo.
Burton en esta obra, gracias a un sin fin de recursos técnicos, hace que el espectador recorra 125 minutos de alegrías y sueños de la vida de Bloom, gracias a la creación, de nuevo, de un elenco de personajes que le ayudan a narrar su historia.
Con una historia tierna y un guión espectacular, Tim Burton crea un film en el que su estilo gótico y rocambolesco, deja paso a su lado más tierno, alocado, pasional y visualmente humano. Así consigue que esos 125 minutos parezcan 5 y aunque muchos la catalogan de comercial, tópica y predecible; con este film, nuestro ya conocido amigo, consigue poner los sentimientos a flor de piel, y cambiando de registro, hace que el espectador vea la vida desde otro punto de vista. Es una de esas películas que te hacen sacar lo mejor de ti mismo, que te hacen salir del cine con una sonrisa en la cara que llevas puesta sin saber por qué.
A lo largo de la obra, Burton a través de una estilo macabro y visualmente muy atractivo, nos conduce por las sendas de lo inesperado, con un toque de humor perspicaz y una chispa de terror, al que el personaje principal se enfrenta de forma valiente.
Puede que muchos digan que es ñoña, que no representa los principios del autor o que la ha creado solo para quitarse la fama de siniestro y loco…puede. Para mí es de lo mejor que se ha creado en la historia del cine y en concreto, su final, es el mejor final que he visto. Hace del final de la vida una fiesta, un sin fin de alegría, un reconocimiento a los méritos de una vida llena de éxito, y si me permitís una confesión, llore como un niño (por primera vez viendo cine) cuando vi como se despedía de todos sus seres queridos, como la figura de un hijo, movido por el amor a su padre, conseguía hacer de un momento tan triste, el momento más entrañable y lleno de sensibilidad de todas las obras de Tim Burton. Lo siento, soy un sentimental, y con esta obra Tim Burton me ha tocado mi pequeñito corazón, y por eso el merecidísimo número 2 es para ella. Gracias Tim.
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